Son ya varias las personas que son misteriosamente engullidas por las aguas del océano. Sus cuerpos aparecen despedazados y con los huesos huecos. Ned Turner (John Huston), un avispado periodista que colabora con el Sheriff en la investigación, sospecha que estos hechos pueden estar relacionados con la construcción de un túnel bajo el agua. El señor Whitehead (Fonda), presidente de la constructora, hace caso omiso cuando se le recomienda suspender las obras. Turner, convencido de que Whitehead está haciendo algún experimento que quiere mantener en secreto, se pone en contacto con Will Gleason (Bo Hopkins), un experto entrenador de orcas, según el cual el responsable de las muertes es un enorme pulpo afectado por las radiaciones magnéticas derivadas de la construcción del túnel.
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