Una joven norteamericana, Frankie Paige (Patricia Arquette), comienza a mostrar misteriosos estigmas tras recibir de Brasil un paquete de su madre con un crucifijo y posteriormente sufrir un accidente en la bañera. Para investigar su caso, enviado por el Vaticano, llega desde Roma el padre Andrew Kiernan (Gabriel Byrne), un sacerdote encargado de descifrar milagros y que anteriormente había estado de un pequeño pueblo del Brasil donde brotan lágrimas de sangre de la estatua de una iglesia.
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