El coronel lleva años repitiendo el mismo ritual todos los viernes. Se viste de coronel y se va al andén de la estación para esperar una carta, la cual le traerá buenas noticias, confirmándole la pensión que se le prometió hace mucho y que no llega.
Él es el único que tiene esperanzas en que llegue la carta, pues todo el mundo sabe que no va llegar, entre ellos los vecinos de su pueblo que conocen la historia. Lo mismo ocurre con su mujer.
El coronel niega lo que ocurre y todos los viernes va a esperar su carta pese a que en su casa están pasando hambre. Su mujer ha adelgazado mucho y él tiene una tos que no para, síntoma de que algo no va bien.
Su esposa pregunta qué van a comer, a lo que él responde “comeremos mierda” desde hace ya dos décadas. ¿Llegará algún día la carta del coronel?
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